El tartamudeo se produce cuando el flujo del habla se interrumpe. Esto puede incluir la repetición de sonidos o palabras cortas, estiramiento de sonidos (conocido como ‘prolongaciones’), o ‘bloqueos’ del habla cuando no sale ningún sonido. También puede haber algunos movimientos en la cara y el cuerpo. El tartamudeo, por lo general, comienza entre los dos y los cinco años de edad, pero puede comenzar más tarde. A veces, los adultos comienzan a tartamudear después de un traumatismo, como una lesión en la cabeza o un accidente cerebrovascular.
Además de las características externas del tartamudeo, su experiencia puede ser difícil. Las personas que tartamudean hablan de sentimientos de ansiedad o de vergüenza, y describen cómo el tartamudeo puede impedirles vivir su vida de la manera que quieren.
El tartamudeo es complejo, con una serie de factores neurológicos, genéticos, ambientales y emocionales involucrados. Por esa razón, el tartamudeo de cada uno es diferente en términos de las características externas y el impacto que puede tener.